Hacer un viaje en coche es sin duda una de las mejores formas para conocer a fondo el lugar que se está visitando. Los paisajes y los pueblos perdidos en medio de la carretera hacen de este tipo de viaje la opción perfecta para descubrir lugares increíbles y, muchas veces, desconocidos. Sin embargo, para que este tipo de viajes no se conviertan en una pesadilla es necesario organizarlos con tiempo y prestar especial atención a una serie de factores que pueden marcar la diferencia. La ubicación del alojamiento, el estado de las carreteras, el itinerario, la localización de las gasolineras más baratas, los límites de velocidad permitidos y un buen GPS son solo algunos de ellos. Además, gracias a la tecnología toda esta información podemos tenerla en nuestro proprio teléfono a través de la gran cantidad de apps disponibles.
TOSCANA: Si has decidido hacer un viaje para conocer la Toscana las carreteras del Val d’Orcia, zona declarada Patrimonio de la Humanidad; la estatal SS2 que atraviesa le Crete Senesi y la conocida Strada del Vino e dell’Olio de Lucca, Montecarlo y Versilia con el blanco del mármol de Alpi Apuane, el mar de Forte dei Marmi y las colinas de Lucca, son sin duda algunos de los mejores recorridos. Para el alojamiento lo más recomendable es optar por ciudades como Florencia o Siena no solo porque están muy bien conectadas con las principales carreteras sino también porque es más fácil encontrar opciones a buenos precios, sobre todo, en páginas de reservas online como es el caso de venere.com
COSTA IRLANDESA: La Causeway Coastal, es la carretera que recorre toda la costa de Irlanda del Norte. Empieza en Belfast y termina en Lough Foyle y se caracteriza por tener poco tráfico y por ser, en algunos tramos, bastante estrecha. Tiene aproximadamente unos 310 kilómetros, a través de los cuales se puede disfrutar de sitios como el Arco Rojo, el Arco Negro, la Calzada del Gigante, el Parque Nacional de Glenariff, la increíble escultura natural de Garron Point y el Castillo Dunluce. Además, cuenta con maravillosos pueblos como Ballygalley Glenam, Camlough y Waterfoot. Lo mejor es hacer el viaje en varias etapas para poder dedicarle varios días a las distintas zonas del recorrido.
CARRETERA DEL ATLáNTICO: Curvas impresionantes y puentes de poca altura forman este impresionante trazado por los fiordos noruegos de poco más de 8 kilometros. Esta ruta que une Molde con Kristiansund cuenta a lo largo de su recorrido con distintos miradores. Está formada por siete puentes que conectan las distintas islas y cuenta también con el llamado Túnel del Atlántico que une Averøy con Kristiansund. Aquí se puede disfrutar de la pesca y del buceo, visitar la iglesia de madera de Kvernes o la cueva de Bremsnes y avistar, durante el recorrido, focas y ballenas. Uno de los mejores sitios para alojarse es la isla Håholmen.
TRANSFAGARASAN: Esta carretera que se encuentra en Rumanía tiene aproximadamente unos 90 kilómetros y se caracteriza por su gran cantidad de curvas cerradas y por la altitud que alcanza. Esta ruta va desde Valaquia hasta Transilvania y pasa por las montañas más altas del país, llegando a una altitud de más de 2.000 metros. Debido a su trazado la velocidad media no suele superar los 40 km por hora. Uno de los principales inconvenientes para quienes quieran visitarla es que suele estar cerrada gran parte del año debido a las malas condiciones meteorológicas. Por lo general, permanece abierta de junio a octubre. El Lago de Balea y el Castillo Poenari, antigua residencia de Vlad Tepes conocido popularmente como Drácula, son algunos de los sitios de interés que ofrece este recorrido.
SELVA NEGRA: Son unos 200 kilómetros de recorrido que forman parte de la carretera 500 y que se caracterizan principalmente por un paisaje montañoso lleno de bosques de abetos que apenas dejan entar la luz y por unas maravillosos vistas del río Rin. Algunos de los principales puntos de interés durante el recorrido son el Lago Titisee, el Lago Mummelsee y los montes Kniebis y Hornisgrinde, rodeados de pequeños pueblos con encanto en medio de llanuras y verdes prados. Para alojarse se puede optar tanto por la tranquilidad de los típicos pueblos alemanes como St. Peter o Breitnau como por la variedad de ciudades como Friburgo.
CLA